lunes, 13 de septiembre de 2010

Franz (Ferenc) Liszt



Raiding, Hungría, Imperio Austríaco, el 22 de octubre de 1811 – Bayreuth, Baviera, el 31 de julio de 1886.



El piano siempre me ha fascinado, pero escuchar el Liebestraume Nº3 de Liszt fue un poco marcar mis gustos musicales desde niña. Imposible sería no dejarlo en primer lugar de mis preferencias clásicas.

Pianista y compositor húngaro romántico, desde niño Liszt tuvo la influencia de su padre, Adam Liszt, amante de la música, que al notar la atención de su hijo y cuando Franz alcanza los 7 años de edad, comienza a impartirle clases de piano, que serían el inicio de una trabajosa infancia de giras y presentaciones.

“Un virtuoso”, su padre sin duda hizo todo lo posible por hacer de Franz un destacado y reconocido niño prodigo, aunque eso conllevó a muchos años de ausencia, de severo estudio musical y de la imposibilidad de detenerse en algún lugar estable para componer dedicadamente. Al morir su padre, la carrera de conciertos que le había dotado de riquezas y renombre terminó, desde aquí Franz comienza la otra etapa de su vida., dedicada a suplir intelectual y sentimentalmente lo que los años de giras le habían imposibilitado.

Dedicado a “vivir”, tanto artistas, como acontecimientos y relaciones amorosas, irán influenciándolo para lo que serán sus primeras composiciones musicales. Pero más que su labor como compositor, cabe destacar que cerca de 1835, Liszt era no sólo un reconocido y admirado pianista, sino un gran señor del espectáculo.

Sus conciertos eran famosos tanto por su intensidad y extraordinarias facultades musicales, que se acompañaban de su atractiva personalidad. Siempre me llamó la atención su decidida innovación en el ámbito artístico de la época, también recalco que fue el primer pianista en tocar con el piano de costado al público, para permitir que la audiencia pudiera observar sus manos, aún cuando para los entendidos de esos años, la idea sonó a locura.


En 1837 tras la jocosa arrogancia de Sigismund Thalberg que se decía así mismo mejor pianista que Liszt, éste último pide a la princesa Belgiojoso organizar un duelo para piano entre los mejores expositores de la época. Participaron Liszt, Thalberg, Chopin, Peter Pixis, Carl Czerny y Henri Herz . Este duelo no hizo más que resaltar el nombre de Liszt, en cuyo veredicto unánime, se comprobó aventajaba por mucho a todos sus adversarios. Su capacidad interpretativa y de improvisación le permitía tocar la misma pieza con resultados completamente diferentes y con una precisión incomparable.

Entre 1840 y 1847 Liszt da una serie de conciertos por toda Europa, su popularidad nunca fue superada durante aquellos años. fanáticas provocaban la histeria y un clímax éxtasis, tal como lo describen muchas series de escritos colectivos de aquellos años.





Sus composiciones tienen una influencia profunda del violín de Pagannini y de la música gitana que escuchaba de niño por las calles “Música del alma” que tardaría varios años para comprender. Quizá porque siempre tuvo claro que su nombre no se mantendría por ser el mejor pianista de su siglo, sino por la capacidad de “crear”.

A mi juicio, logró a través de varias de sus composiciones transmitir el sonido que le resultó obsesivo por tantos años, esa música capaz, de transmitir los sentimientos de una cultura o de un instante, la “música del alma” para lo cual no se requiere técnicas, sino corazón.



L I E B E S T R Ä U M E

Drei Notturni

(alemán: Sueños de amor. Tres nocturnos)




Los tres Sueños de amor fueron concebidos como canciones sobre poemas de Ludwig Uhland y Ferdinand Freiligrath, los tres publicados por Liszt como obras para piano solo en 1850.



L i e b e s t r a u m Nr. 1
Hohe liebe

La primera, Hohe Liebe (Alto amor, Amor exaltado) representa el amor religioso y sagrado: el mártir renuncia al amor terrenal, ya que "el Cielo ha abierto sus puertas".





L i e b e s t r a u m Nr. 2
Gestorben war ich

El segundo es Gestorben war ich y es una evocación del amor erótico. "Gestorben war ich" ("Yo había muerto" o "Yo estaba muerto") se refiere metafóricamente a "La petite mort", el orgasmo femenino:






"Estaba muerto
por el éxtasis del amor;
yacía enterrado
en sus brazos;
me despertaron
sus besos;
vi el cielo
en sus ojos."

Uhland y Freiligrath


L i e b e s t r a u m Nr. 3
O lieb, so lang du lieben kannst

El tercer nocturno, el más famoso de los tres, trata el amor incondicional maduro. Puede considerarse que éste último nocturno de los Sueños de amor está dividido en tres partes, separadas cada una por una rápida cadencia que exige bastante destreza y un grado relativamente alto de habilidad técnica. Se utiliza la misma melodía a lo largo de toda la pieza, aunque cambia cada vez, especialmente hacia la mitad de la obra, cuando se alcanza el momento culminante.





"¡Oh, ama, ama mientras puedas!
¡Oh, ama, ama mientras te guste amar!
Llegará la hora, llegará la hora
en la que sobre las tumbas te lamentarás."

Uhland y Freiligrath




Y a continuación una muestra de uno de sus poemas sinfónicos

L e s P r é l u d e s
Poème symphonique n.º 3, (1848)




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Links de interés;
Bendita la música

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