Corazón furioso
si no me extrañas, dime;
¿Me has visto re florar en tus campos, o solo el invierno?
Al voltear tu amo desalojaba los lares.
No dejaste ni una sola luz para mí.
No viste más mi retrato diáfano en tus profundidades.
Me encaminé a tu gruta para consultarte;
¿No viste más mis bienes? ¿Sólo mis males?
¿O dejaste por la ruta abandonados
todos mis memoriales?
Corazón poseído
sin perdón me dejaste.
Rendida a tu razón
y a tu mano cruda,
que no aprieta ninguna de mis paces.
¡Que ni el aire aprieta!
Corazón poseído,
y
si no me extrañas, dime
¿Por qué tu peso frío sobre mi tan frágil?
Para qué esa carga sobre el mundo, dime.
Para qué otra mártir.
¡Despierta!
Andrea Rojas Alfaro
No hay comentarios:
Publicar un comentario